10 de septiembre de 2008

Recién levantada: Sueño de una noche de Septiembre

Acabo de levantarme, y he tratado de recordar mis sueños... tenia la mente en blanco, no era capaz de recordar nada, absolutamente nada, pensaba y pensaba... buscando el "tema principal" de mi sueño... pero nada.
Fui al servicio... pensando... nada, me senté en la habitación y derrepente ¡zas! ahí estaba:
Había soñado que iba con Omar a Pontevedra. Llegábamos a una estación de un color azul grisáceo en las paredes, oscura, llena de gente, iluminada por fluorescentes, la gente iba de un lado a otro. Comencé a pensar en la gente que conocía que allí vivía, concretamente en Él. Pensé en buscar su dirección en las guías telefónicas de la ciudad... pero... sólo sabía sus dos primeros apellidos y seguro que me costaría mucho dar con él, pero me daba igual.
Observé un plano de la ciudad que había allí colgado, un plano muy extraño (nunca he visto uno de Pontevedra en la realidad)... la gente me rodeaba por todas partes, Omar estaba lejos, le podía ver, pero le veia algo lejos y mucha gente entre nosotros, sin rostro, moviéndose de un lado para otro.
Me dirigi hacia mi izquierda, y entonces vi a un chico con una coleta medio rizada al final, pelo oscuro, negro, de mas o menos mi altura, con ropa de colores poco llamativos, sin estampados... me recordaba a Él... cuando el chico se se dió la vuelta... el corazón se me salió del pecho: unas gafas con monturas muy finas, barba por debajo de la barbilla, afeitada por los carrillos y el bigote... ERA ÉL.
Sin pensarlo me acerqué hasta él, parecía que no me había visto y se estaba dando la vuelta nuevamente para seguir su camino de espaldas a mi... le coji por los hombros y le giré hacia mi, me miró sobresaltado, creí que se apartaría de mi como si le diera asco, al principio parecía que lo iba ha hacer, entonces le coji con mas fuerza y le di dos besos en sus mejillas.
Había sido una casualidad, pensaba en verle y le ví. Quizás él pensaba que estaba allí por él o por casualidad, entonces me apresuré en decirle que había ido a Pontevedra por otros motivos y que le había encontrado por casualidad. Entonces recordé a Omar.
Le llamé y se lo presenté.

No recuerdo más del sueño... cuando se me vino a la mente parecía más un recuerdo de algo vivido que un sueño realmente, mi cuerpo creía haberlo sentido en sus carnes. Eso me pasa con mucha frecuencia, soñar algo que anhelo con tanta fuerza que mi mente hace que mi cuerpo crea que ha sido real. Hay veces que esos sueños invitan a no despertar... irremediablemente te despiertas... y lamentas haberlo hecho.
Se que a estas alturas de mi vida no puedo esperar nada, absolutamente nada de él, parece ser otra persona completamente diferente... metió todo lo que a mi persona se refería en una caja que repudió con tal fuerza que no creo que nunca vuelva a poder hablar con él de todas estas cosas que nos pasaron y que nunca llegaron a ser... siempre le recordaré con una pequeña nostalgia, al fin y al cabo hubo un tiempo en el que llegó a ser el primer motivo por el que me levantaba por las mañanas.

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