3 de noviembre de 2012

dolor...

Necesito algo para desahogarme, no entiendo tanta mierda que me quiere caer encima, pero no voy a permitirlo, no he hecho nada NADA absolutamente nada para merecer esas palabras ese odio o ese no se que que se me clava en el corazón.

¿Qué es lo que he hecho? amarte con toda mi alma, como hacia años que no amaba, y juro que es cierto. Estoy recibiendo tu actitud defensiva, tu desconfianza, tus prejuicios y muchas cosas más que ahora mismo no soy capaz de ponerles un calificativo para poder explicarlo de forma escrita. Sólo se que me siento como si se me desgarrase el alma y eso no basta para hacerte ver que nada NADA  da lo que ha pasado es de la forma que tú lo ves.

Sueño contigo cada noche, cada minuto que estoy despierta y no es pura prosa poética ni nada parecido es la realidad. Todo aquello que me dices desde esa actitud distante rebota en mis oídos y sólo algunas palabras son capaces de llegar a mi cerebro, mi mecanismo de defensa siempre ha sido el olvido, el no retener las conversaciones que más me duelen, por lo tanto ahora sólo me queda el daño que he sentido y los restos de los surcos de las lágrimas, porque no soy capaz de recordar qué me has dicho que me haya dolido, aunque sienta ese dolor en mi piel.

Me pregunto una y otra vez ¿Qué hice mal esta vez? lo que empieza como una pregunta pseudo irónica acaba siendo una pregunta seria que me hace analizar cada parte de mi ser (así empezó todo aquel 2007...).

Sólo veo que se cierra en sí mismo, en lo que el cree que es la verdad, y no es capaz de ver más allá de ella, mi amor, mi cariño y mi atención quedan relegados a pequeños detalles rutinarios que no tienen peso sobre nada de lo que él pueda estar pensando ahora, al menos así se pone siempre.

No quiero autocompadecerme, sólo escribo para desahogarme y para... en un caso remoto, a él le da por venir a este rincón en el que suelo escribir mis sentimientos.

Esos momentos en los que pone esa cara tan seria, levantando ligeramente la barbilla, como con aire de superioridad, uff es alucinante cómo se me clava esa mirada, me duele más una mirada cuando él está así, que todos los insultos que me puedan decir.
Sentirse enamorado y ver que no eres capaz de demostrar a la otra persona cuánto la quieres, es impotencia plena.

Todos los días anhelo su compañía, cuando estoy con él anhelo sus besos y sus caricias, sus abrazos, abrazos plenos, y anhelo sus palabras, palabras que me hagan ver que me quiere, que le gusta cómo soy, que le gusta lo que hago, que le gusta cómo le trato, que le gusto yo en definitiva. No exagero cuando digo... que estas cosas las tengo cuando a él le apetece darlas, y no cuando las pueda necesitar. No digo con esto que quiero aquí y ahora, para nada quiero que se interprete así, sólo digo que en muchos momentos, estando con él, no lo tengo, y tengo que pedirlo, y muchas veces ni aun así.

Estoy temiendo que con todo esto, en vez de que cambie de forma de ver las cosas respecto a mi, y empiece a verme como una mujer profundamente enamorada de él, pase a verme con el cristal de no se qué pensamientos hacia mí y termine diciéndome que esto se ha acabado.

Los sentimientos que yo tengo hacia ti son muy serios, muchísimo, sin embargo eso para ti parece no ser suficiente, y ese parecer mío no puede cambiar si tú no me demuestras lo contrario ¿estarías dispuesto a darme tu amor de forma incondicional y sin importarte las consecuencias? sería maravilloso, porque es lo que llevo buscando casi 6 meses, y parece que no acabas de fiarte de mi, y no creo que sea por haberte demostrado que vaya a hacerte daño, porque nada más lejos de la realidad.

Me parece oír el móvil, está en vibración para no despertar a nadie. Me asusta que puedas haberme mandado mensajes que me duelan más. ¿Cobarde? si, lo reconozco, tengo miedo a que me destrocen el corazón, mucho miedo.

Voy a recobrar la compostura, basta ya de tanto rollo emo. Son las 2 de la mañana, mañana hay que trabajar. me voy a dormir.

Te mando un beso de esos que producen cosquilleo de los pies a la cabeza y que dejan en un estado de semialetargo (se que te gustan tanto como a mi). Deseo que empieces a verme tal y como soy.

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