5 de julio de 2012

Es extraño cuando uno acaba una relación y no ha habido problemas serios al terminarla. Nunca me había pasado el decir, eh oye, no tienes que olvidar tus recuerdos porque siempre son buenos o al menos en la gran mayoría de los casos.

Pero me hace gracia la facilidad con la que he vuelto a tener sensaciones similares, y cómo mí cuerpo vuelve a comportarse como solía hacerlo, esta vez sin miedo a la humillación porque estoy más segura de mí misma.

De todas formas hay un detalle que me incomoda, como la princesa y el guisante. Se trata de la sensación de no sentir el mismo amor que sentia que me llegaba de la otra parte, es como si todos los días buscase esas cosas. Me siento empalagosa y hasta pesada, porque a veces parece que abrazo a una bonita y sonriente pared detrás de la cual hay un corazón que pocas veces sale por su propio pie, casi siempre hay que ayudarle a salir con alguna palabra o gesto.

Pero independientemente de todo lo escrito puedo decir que cada día me quiero más, me veo más guapa y más capaz de todo lo que me proponga. Creo que estoy en el camino, ese camino hacia la felicidad que tanto pido y anhelo.

Buenas noches de luna llena.

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